viernes, 7 de enero de 2011

LA CULTURA DE LA MUERTE

Las estrategias principales que la "cultura de la muerte" ha usado para promover el aborto, la anticoncepción y la "educación" sexual hedonista ahora se han intensificado y se extienden a la manipulación de embriones humanos Ya no es solo el aborto, ya sea quirúrgico o el causado por los anticonceptivos abortivos, la única manera silenciosa y escondida en que la "cultura" de la muerte destruye a los seres humanos no nacidos. Lo es también la fecundación in vitro, la clonación y la experimentación con embriones humanos. Por otro lado, está el crimen de la eutanasia. Éste también ocurre en el silencio y a la sombra de las instalaciones médicas, revestido así de una apariencia de legitimidad. Es parte del engaño de la "cultura" de la muerte, de encubrir la destrucción de la vida de un ser humano con una fachada de "piedad".
Es necesario profundizar en nuestro conocimiento sobre el avance que ha tenido la "cultura" de la muerte durante los últimos meses. Se precisa una reflexión que ahonde en las estrategias y engaños presentes en los nuevos ataques de esta falsa "cultura". Este texto tiene ese propósito. Se trata de desenmascarar los nuevos "rostros" de la "cultura" de la muerte.
La necesidad de esa reflexión es apremiante, pues mientras más silencioso es el enemigo, más difícil es de combatir. Existe el peligro de que la conciencia, aún la de los buenos, se adormezca ante el sigilo de estas formas de atacar la vida humana, con el consecuente debilitamiento de la acción en defensa de la vida. Ello hay que impedirlo a toda costa.

¿Qué es la "cultura" de la muerte?

El término "cultura" de la muerte se refiere a una mentalidad, a una manera de ver al ser humano y al mundo, que fomenta la destrucción de la vida humana más débil e inocente por parte de los más fuertes y poderosos, de los que tienen voz y voto. El término "cultura" de la muerte fue acuñado por el Papa Juan Pablo II en su Encíclica El Evangelio de la Vida, publicada el 25 de marzo de 1995.
Aunque en realidad la "cultura" de la muerte comenzó cuando, en el umbral mismo de la historia, satanás engañó al hombre y éste, por su propia voluntad, cayó en el pecado, y aunque la "cultura" de la muerte se ha extendido por toda la historia de la humanidad, ha sido en los últimos siglos que esta "cultura" de la muerte ha asumido unas características sin precedentes. "...[E]stamos frente a una realidad más amplia, que se puede considerar como una verdadera y auténtica estructura de pecado, caracterizada por la difusión de una cultura contraria a la solidaridad, que en muchos casos se configura como verdadera 'cultura de muerte'" (El Evangelio de la Vida, núm. 12.).
¿Y qué es lo nuevo de esta "cultura" de la muerte? El Papa responde diciendo: "Con las nuevas perspectivas abiertas por el progreso científico y tecnológico surgen nuevas formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y --podría decirse-- aún más inicuo ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y sobre este presupuesto pretenden no sólo la impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias" (El Evangelio de la Vida, núm. 4).
El Papa aquí nos dice que la nueva forma que ha asumido la "cultura" de la muerte es inédita (es decir, nueva, no tiene precedentes en la historia) y aún más inicua (es decir, peor que antes). Ello se debe, explica el Santo Padre, a que el progreso científico y tecnológico de los últimos tiempos, que por una parte es una bendición de Dios por todo el bien que hace, por otra, sin embargo, en manos de gente mala, ha sido utilizado para hacer el mal y para hacerlo a gran escala, como nunca antes.
Pero ello no es lo peor. Juan Pablo II explica que lo inédito, lo nuevo, de esta "cultura" de la muerte, es el hecho de que gran parte de la sociedad la justifica en nombre de una falsa libertad individual y que incluso ha logrado, en muchos países, que el gobierno la legalice y que un gran sector de la comunidad médica la practique.
El aborto, la eutanasia y la manipulación de embriones son los ejemplos más tristes de esta situación que describe el Papa. Ya no se trata principalmente de una matanza de seres inocentes por medio de guerras y atropellos bélicos, sino de una silenciosa y sutil, pero más aún nefasta destrucción de la vida humana, que cuenta incluso con la aprobación de un gran sector de la sociedad, con el amparo de la ley y que es perpetrada precisamente por algunos de aquellos que se supone sean los primeros defensores de la vida: los médicos y otros profesionales de la salud.

Breve resumen histórico de la "cultura" de la muerte

Se pudiera decir que la "cultura" moderna de la muerte comenzó a finales del siglo XVIII con la publicación del libro Essay on the Principle of Population ("Ensayo sobre el principio de la población") de Thomas Robert Malthus (Jacqueline Kasun, The War Against Population. The Economics and Ideology of Population Control, San Francisco: Ignatius Press, 1988, p. 26). En esa obra, el autor, profesor de economía política, sostuvo la errónea teoría de que había que controlar el crecimiento de la población, especialmente de "las clases inferiores de la sociedad", ya que el mismo era mayor que la producción de los alimentos. Malthus creía que si se les negaba a los pobres la ayuda económica, tanto pública como privada, éstos "se darían cuenta" de las "ventajas" de limitar sus familias de acuerdo con sus ingresos (Ibíd., 157). Aquí, evidentemente vemos la mentalidad eugenésica, que luego repercutió en la Alemania Nazi y en Margaret Sanger.
De hecho, Margaret Sanger, cuya nefasta influencia se dejó sentir en la primera mitad del siglo XX, publicó, precisamente en 1922, un libro titulado The Pivot of Civilization ("El pívot de la civilización"), por medio del cual divulgó las ideas eugenésicas. El siguiente pasaje de este libro revela con toda claridad el carácter eugenésico de la ideología de Sanger y constituye un eco perfecto del pensamiento de Malthus: "La caridad organizada es el síntoma más seguro de que nuestra sociedad ha criado y continúa criando, perpetuando y aumentando cada vez más el número de defectuosos, delincuentes y dependientes. La atención que se les da a las mujeres pobres es la filantropía más dañina e insidiosa. El crecimiento de la clase obrera debería ser regulado, puesto que son imbéciles benignos, que estimulan a los elementos defectuosos y enfermos de la humanidad para que sean más irresponsables, se extiendan y se reproduzcan. Debemos eliminar los yerbajos humanos, aislar a los idiotas, los desajustados y los que no sirven, y esterilizar a la raza genéticamente inferior" (The Pivot of Civilization, New York: Brentano's, 1922, p. 108).
Lógicamente la eugenesia de Sanger la llevó al racismo. La siguiente cita lo demuestra fehacientemente: "No queremos que nadie se entere de que queremos eliminar a la población negra y el ministro religioso es el hombre que puede aclarar esa idea, si alguna vez se le ocurre al más rebelde de sus miembros" (citado en Madeline Gray, Margaret Sanger: A Biography, Nueva York: Marek, 1979, 326).
Lo peor de todo es que esta mentalidad eugenésica condujo a Sanger a apoyar la eliminación de aquellas vidas humanas consideradas un "estorbo". Las siguientes palabras de Sanger, tomadas de otra obra suya, son terribles y demuestran la patética conclusión a la que lleva la eugenesia: "Lo más misericordioso que una familia numerosa puede hacer con uno de sus miembros más pequeños es matarlo" (Women and the New Race Nueva York: Brentano's, 1920. Reimpr. : Geo. W. Halter, 1928, p. 67).
En 1916, en la Ciudad de Nueva York, Sanger fundó la primera clínica para el control de la natalidad, precisamente para llevar a la práctica sus ideas eugenésicas. También fundó la Liga para el Control de la Natalidad y la Revista para el Control de la Natalidad (Birth Control Review). Varios promotores de la eugenesia, de la "supremacía blanca" y de ideas nazistas escribieron artículos en su revista (George Grant, Grand Illusions. The Legacy of Planned Parenthood, 3ra edición, Higland Books, 1998, p. 39).
Sin embargo, con el correr del tiempo el mundo se enteraría de los horrores del nazismo. Sanger había estado vinculada al movimiento eugenésico y había fomentado la anticoncepción, la esterilización y el aborto. Tenía problemas con la ley, que en aquel entonces prohibía estas cosas. Entonces le cambió el nombre a su organización. En 1942, surgió Planned Parenthood Federation of America --Paternidad Planificada de Estados Unidos (Ibíd., 75-76). Pronto surgieron filiales en otros países y en 1952 los líderes de estas filiales fundaron la IPPF (IPPF/WHR, "The First Forty Years," Forum, vol. 10, junio de 1994, p. 36-41). Hoy en día la IPPF cuenta con asociaciones miembros en casi todos los países, incluyendo los de América Hispana, en México, su filial se llama MEXFAM.

FUENTE.: aciprensa.com

1 comentario:

  1. Interesante artículo. Confirma lo que he estado concluyendo hace algún tiempo con respecto al "control de la natalidad" que vivimos hoy en día: todo es obra de un plan diabólico para reducir la población. De ahí que nos bombardeen a través de los medios con libertinaje sexual, homosexualidad, convivencia, etc... todo apunta a la destrucción de la familia. Eso sí, con el saldo de millones de inocentes muertos...

    KYRIE ELEISON

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